sábado, 13 de octubre de 2007

Mike Scott

Castellfort (Castellón).

El primer disco que escuché de los Waterboys fue Room to Roam (1990). Él me lo dejó en vinilo junto a otros discos: Daniel Ash, The Jesus and Mary Chain, Love and Rockets... Durante ese verano, lo escuchaba una y otra vez en el tocadiscos de mi padre. Lo sacaba con sumo cuidado de la funda, y tras cada escucha, lo limpiaba antes de volverlo a guardar, no quería rayarlos. Sabía cuánto le gustaba la música.


Quería consevar esos discos pero no podía grabarlos en cinta porque no funcionaba la pletina. Además, estaba en la casa del pueblo. Y era verano. Fue uno de los mejores veranos que recuerdo. Cuando acabó el verano, le devolví los vinilos. Fueron la banda sonora de aquellos días. Después, poco a poco, fui consiguiendo ésos discos por mi cuenta, y ahora, The Jesus and Mary chain o Waterboys son de mis grupos preferidos. Había olvidado ese disco, y hoy, lo he estado escuchando de nuevo en cd, claro.


Todo eso fue en 2002, hace cinco años, y hoy, me he acordado de él, y lo he vuelto a poner en el reproductor, al volver a escuchar "A man is in love" se me ha puesto la piel de gallina, he recordado de una forma muy nítida la inocencia, ilusión, la esperanza, las primeras veces de aquella época. Lo nuevo que era todo entonces. La sensación de comerse el mundo, de que no hacía falta cambiar, de que podías ser cualquier cosa que te propusieras.
Todo éso, que ahora, echo tanto de menos.

Escucho. The Waterboys. Room to roam.

3 comentarios:

Fede Sánchez dijo...

Aún recuerdo cuando compré mi primer plato y recuerdo la primera canción que sonó: "Back to the old house" de The Smith. Los vinilos eran algo más que los actuales cds. El cuidado al sacarlos de la funda, pasarlos el cepillo, la fritura,... Costaba tanto encontrar buenos discos entonces...

Anónimo dijo...

La piel de gallina se me ha puesto al leerlo. La emanación es fuerte y me ha hecho recordar mis propios veranos en los que todo terminaba para volver a empezar donde lo dejaste.

El ritual de los vinilos (limpiarlos, cogerlos con el debido cuidado, evitar rayaduras, situar la aguja una y otra vez en el corte que te obsesionaba, es común a todos los que los utilizamos, supongo. Como lo es el ruido rasgado previo al comienzo de cada corte.

Ya tendrás tiempo, cuando no seas demasiado joven, de dejarte arrastrar por esa engañosamente confortable sensación que proporciona la nostalgia. El tiempo aún gira en tu dirección.

Casiopea dijo...

muchas gracias a los dos! Me encanta leer vuestros sabios comentarios ; )

Sobretodo, tu, Alex,a ver si vuelves a la red de redes....