Hay días y noches. También tiempo de duermevela, y por supuesto, hay promesas y miradas al suelo. Acuerdos y armisticios. Yo no sé en qué momento de la batalla estoy. Ni siquiera sé si sigue la guerra. He perdido el contacto con la base y no hay nadie que responda a mis llamadas. Sigo en territorio enemigo, dentro de la trinchera, sin guarida en la que cobijarme, sin agua que beber y sin poder dormir. La guerra sigue para mi. Pero el enemigo no sé si ha abandonado.
Escucho: Sybil Vane: Agua en los bolsillos.
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