martes, 26 de octubre de 2004

Milagro.

Ella Reiventaba todo a su paso. Junto a ella las lunas ya no eran lunas. Los vidrios no cortaban. y volvía a tener ganas de vivir. Ella Sonreía siempre, aunque no estuviera de humor. Me mantenía alegre. Su ilusión me la inyectaba en vena.
Y mientras ella se secaba.
Se secaba.
Se secaba y yo, no me daba cuenta.

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